Modelo Bíblico de Evangelismo en el libro de Jonás.

Modelo Bíblico de Evangelismo en el libro de Jonás.

Método Bíblico de evangelismo, un caso de la vida real en la Biblia.

Como predicar el evangelio utilizando un método Bíblico.

En el libro de Jonás, encontramos un modelo Bíblico, y de acuerdo a la voluntad de Dios de cómo predicar.

Aunque el libro de Jonás, cubre más temas que el modelo de evangelismo, en este artículo sólo expondré el modelo Bíblico de evangelismo incluido en dicho libro de la Biblia, en otro artículo cubro un estudio de todo el libro de Jonás.

Recapitulando, en el libro de Jonás, vemos la existencia de un pueblo gentil habitando en la ciudad de Nínive, con una población que vivía en pecado a tal grado que Dios decidió destruir la ciudad.

Dios envía a Jonás, para avisar a la ciudad de Nínive que sería destruida por su pecado.

Jonás avisa a los pobladores de Nínive que su ciudad sería destruida por Dios, la gente de Nínive creyó a Dios, incluso el rey de la ciudad, ordenó que la gente se volviera de sus malos caminos y ayunara a ver si Dios desistiera de destruir la ciudad.

Cuando Dios ve que han creído el mensaje, volviéndose de sus malos caminos, cambia de parecer y ya no destruye la ciudad.

Si Jonás no era un «predicador» que fue con gusto a predicar a Nínive, cómo es que su predicación fue efectiva.

Podríamos especular que Jonás no fue un “predicador” con carisma ni habilidades, ya que por lo que vemos primero no quería ir a predicar, podríamos suponer que predicó de mala gana, con ganas de que no se arrepintieran y Dios destruyera a Nínive, pues luego vemos que cuando Dios no destruyó a Nínive, Jonás se enojó hasta querer morir.

Así que es lógico pensar que Jonás no hizo su mejor esfuerzo para predicar.

Sin embargo podemos apreciar que lo que pasó en Nínive fue que independientemente de que Jonás tal vez no tuvo las habilidades para predicar, el comunicó un mensaje verdadero.

Informó a los pecadores de Nínive que estaban en pecado contra un Dios Santo y Juez de toda la tierra que los juzgaría y haría morir por sus pecados.

La gente de Nínive fue movida a arrepentimiento, por la verdad del mensaje porque creyeron esa verdad y tuvieron pleno convencimiento de pecado contra Dios, y esto los llevó a tomar una acción, una acción de arrepentimiento y dejar sus pecados, para buscar desesperadamente la misericordia y salvación de Dios.

Esto no fue ni porque Jonás hubiera sido un predicador agradable ó con gran sonrisa, ni porque Jonás dijera: “Dios te ama”, “Dios tiene un plan para tu vida”, “Dios quiere que seas un campeón y seas prosperado en todo”.

El mensaje y predicación de Jonás fue efectivo porque estaba basando en la verdad de que eran pecadores, que Dios es Santo y es juez de toda la tierra y los juzgaría y destruiría la ciudad matándolos como justo juicio y castigo por sus pecados.

Que elementos encontramos en este método Bíblico de predicar el evangelio.

Sabemos que Dios mandó a Jonás a decir a la ciudad que sería destruida debido a su maldad, el pasaje indica que Dios destruiría la ciudad por su pecado, más adelante vemos que el rey de Nínive ordena que el pueblo se convierta de sus malos caminos a ver si Dios cambiaba de parecer, por lo cual podemos deducir que el mensaje que Dios envió por medio de Jonás explicaba el por qué vendría la destrucción.

Así que la “predicación” de Jonás contenía estos elementos:

–          Dios destruirá la ciudad

–          Motivo por el cual Dios destruiría la ciudad

–          Tiempo ó plazo en que vendría la destrucción (40 días).

 

La predicación de Jonás al pueblo de Nínive, era básicamente, el mostrar la condición del ser humano como transgresor de las leyes morales de Dios, su condición de transgresores ó pecadores ante un Dios Santo, que tiene el poder y autoridad para ejercer justicia y castigo con destrucción y muerte.

Anunciando que el castigo de Dios, que merecían los habitantes de Nínive era la destrucción de la ciudad, con la consecuente muerte de las personas que habitaban ahí.

Jonás no llevó un mensaje de Dios te ama, ni de Dios quiere que seas prosperado y bendecido, ni de que Dios es la solución a tus problemas de salud y deudas, ni de que si aceptas a Dios serás feliz, ni llevó un mensaje a los de Nínive diciendo descubre el campeón que hay en ti, tampoco Jonás fue a decirles como tener «su mejor vida ahora».

Ni de que Dios te premiará y recompensará en el cielo.

Dios como juez de toda la tierra ni siquiera tenía la obligación de tener misericordia por la gente de Nínive, en su posición de Creador y juez justo no requería dar aviso previo a Nínive de que sería destruida.

Sin embargo, aunque Dios aborrece al pecador, (Salmo 11 : 5 -7), tuvo misericordia de ese pueblo y por eso envió a Jonás con la advertencia de que por sus malas obras serían destruidos.

Cuando la gente de Nínive escuchó el mensaje de Dios, llevado por Jonás, entonces se volvieron de sus malos caminos con la esperanza de que Dios, cambiara de parecer y no los destruyera.

Les preocupó el morir, esa preocupación de perder su vida, ante el mensaje de Dios, les llevó a creer a Dios en su mensaje y a dejar sus malos caminos.

Fue ante la perspectiva de morir destruidos por Dios, que reconocieron que estaban obrando mal contra Dios quien tenía el poder de destruirlos y por eso decidieron cambiar, con la esperanza de no morir.

Fue la motivación más importante, la de vivir y no morir, la que los movió, no fue una motivación de prosperidad material, ni la motivación de una vida feliz, ni la motivación de que Dios los amara, ni la motivación de ir al cielo a reinar con Dios, ni la amenaza de estar separados de Dios eternamente lo que los haya movido a tener temor de Dios y de su poder para destruirlos por sus malas obras.

Lo que los movió a tener temor y miedo de Dios, del Dios Creador con el poder de destruirlos y matarlos por sus malas obras, fue lo que los movió a creer a Dios y dejar sus malos caminos con la esperanza (no la garantía siquiera) de que Dios no los matara.

Basándonos en este modelo de evangelismo Bíblico, podemos considerar que para predicar el evangelio (siguiendo el modelo Bíblico) debemos incluir en nuestra predicación lo siguiente:

1 Se le debe mostrar a la persona su condición de transgresor de las leyes morales de Dios.

Sse le debe mostrar que es un pecador. Basta que la persona haya cometido una sola transgresión un solo pecado para ser encontrado culpable ante Dios.

2 Se le debe mostrar que Dios es un Dios perfecto y justo.

Que Dios creó al ser humano con libre voluntad y que juzgará a toda persona por sus transgresiones a las leyes establecidas por Dios.

3 Que Dios como juez justo tiene que ejercer justicia y aplicar castigo a quien transgrede las leyes que Dios estableció.

4 Que la justicia y castigo que aplica Dios contra el ser humano pecador, que ha transgredido las leyes morales establecidas por Dios, es la tortura y castigo eterno del alma inmortal del pecador por haber transgredido las leyes de la máxima autoridad se trata de un castigo y tortura que nunca termina.

Sólo cuando se le muestra al pecador que está ante un problema severo de consecuencias fatales y eternas, tiene sentido hablarle de las buenas noticias de salvación, para que pueda entender salvación de qué ó de quién. Se trata de salvación del merecido y justo castigo sin fin ejercido por Dios al humano por transgreder sus leyes morales.

Nótese que en la predicación que Dios mandó a Jonás, se entiende que sólo hablaba de la destrucción y no de cómo evitarla.

Seguramente la predicación que Dios envió a Jonás no incluía el cómo evitar la destrucción y muerte, en el pasaje el rey ordena que la gente se vuelva de sus malos caminos pensando a ver si acaso así Dios cambia de parecer, es decir con esa esperanza, pero no cómo algo que Jonás les hubiera informado fuera el remedio preventivo a la destrucción.

El punto importante aquí es que solamente una vez que se le muestra al pecador que está ante un problema de consecuencias de tortura y castigo eterno, incluso diría que solamente cuando el pecador oyente se concientiza de que está ante ese problema, solo entonces hace sentido comunicarle que Dios mismo dispone de una escapatoria ó salvación a ese castigo eterno.

El informar al pecador que puede tener salvación a través de Jesucristo, cuando no se le explica que está ante un problema eterno, no le hará sentido, ni entenderá salvación de qué ó de quién ó por qué. Por eso el «predicar el evangelio» diciendo que si no «aceptas a Jesús» entonces, tu muerte será una eterna separación de Dios, a muchos no les asusta, han estado separados de Dios aquí toda su vida y se la pasan bien, dirán a donde hago la reservación, no les preocupa una separación eterna de Dios.

Si unas personas están a bordo de un barco, de un crucero, divirtiéndose, bailando, bebiendo, teniendo diversión y se les informa que hay chalecos salvavidas, no le darán importancia, mientras ellos piensen que todo está bien que se pueden seguir divirtiendo y que sus vidas no están en peligro.

Más aún si no sólo se les informa que hay chalecos salvavidas disponibles, pero incluso se les ofrecen éstos, como regalo, si se les pide y ruega que los acepten, no los recibirán pues no creen necesitarlos, es más esos pasajeros pensarán que de tomar el chaleco salvavidas les podrá ser incómodo y estorbar para bailar y beber y divertirse.

El dar un chaleco salvavidas en tales condiciones, el dar buenas noticias de cómo salvarse del castigo y tortura eterna en el infierno a quien no se da cuenta que está ante un problema eterno es casi como dar perlas a los cerdos. Un cerdo no aprecia una perla aunque tenga mucho valor, un cerdo sólo desea lo sucio.

Así para un pecador, quien piensa que no tiene problemas, pues vive su vida y para esta persona es hasta cierto punto normal el vivir en fornicación, embriaguez, hechicería, idolatría, mintiendo, robando, no pagando deudas, etc. Esta persona no cree tener un problema grave, no le hace sentido el que se le diga que Jesús lo ama, no le hace el menor sentido decirle que Dios lo va a perdonar. Perdonar de qué dirá si no he matado a nadie, si en realidad no soy tan malo.

No le hace sentido, que usted le diga que le haga a Jesús el favor de “aceptarlo”. Nunca jamás Jesús le pidió a nadie que le hiciera el favor de “aceptarlo” como salvador. ¿ Se ha fijado en eso, si ha estudiado el Nuevo Testamento y si Jesús no hacía eso por qué usted “inventa” que hay que hacerle a Jesús el favor de “aceptarlo”?

En la ilustración de las personas en el barco, es hasta que se les informa que el barco se está hundiendo y más aún es hasta el momento en que lo creen, que entonces, se les puede explicar que el chaleco salvavidas, les podrá justamente SALVAR de la muerte.

Entonces cuando ellos estén creyendo que pueden morir, entonces ellos buscarán y pedirán ese chaleco salvavidas, lo arrebatarán si es necesario, lo buscarán con todas sus fuerzas, creyendo que ese chaleco salvavidas, les puede salvar de morir.

Aunque el modelo Bíblico de evangelismo en el libro de Jonás no incluye el cómo salvarse de la muerte, si es Bíblico el incluir el cómo encontrar salvación del justo castigo eterno que Dios da por sentencia al pecador.

De tal forma que tenemos_

6. El modelo Bíblico de evangelismo, incluye explicar que como Dios tiene que ejercer justicia, pues de otra forma no sería un juez justo, el pecador debe pagar su condena.

Explicando que Dios como Creador y Juez Supremo no está obligado a tener misericordia, pero si está obligado a ejercer justicia y castigo.

Sin embargo Dios en su amor, tiene misericordia y El como Creador y Dios por encima de todo, sólo El puede disponer de una aplicación de justicia y castigo a alguien más en sustitución del pecador.

En otras palabras el pecador sólo tiene 2 opciones, pagar por sus pecados él mismo, siendo castigado y torturado por Dios, eternamente, ó bien,

La otra opción es la que Dios dispone, que sea otro el que sea castigado en lugar del pecador.

Dios en su misericordia, ha dispuesto que El mismo, se haga ser humano en Jesús el Hijo de Dios, para que, Jesús que no ha cometido pecado, ocupe el lugar del pecador, para morir como pecador, siendo inocente, sólo Jesús tiene tal valor como para que su muerte sea aceptada por Dios como el pago en sustitución del castigo que merece el pecador.

Así que en lugar de que sea el pecador, el que reciba el castigo y la ira de Dios hacia el pecador, ha sido Jesús quien la ha recibido.

Jesús de esta forma ofreciendo su vida sin pecado, ha cargado con la muerte que merece el pecador ocupando su lugar, derramando su sangre inocente, siendo asesinado como pecador sin serlo, para luego resucitar pues la muerte no puede retener a su Creador que se hizo carne y hueso.

En resumen

El pecador debido a que ha transgredido las leyes morales de Dios, merece el castigo y tortura eterna de Dios, pero todo aquél pecador que crea en Jesús, puede llegar a estar a salvo de ese castigo y tortura eterna, es decir que puede tener salvación del lago de fuego y azufre donde recibiría el castigo y tortura de Dios, como justa sentencia a sus pecados.

Esta salvación está disponible para todo aquél que crea en Jesús, no existe predestinación no existe de ninguna forma personas que antes de nacer están predestinadas a cumplir su condena en el lago de fuego y azufre y de ninguna forma existen personas que estén predestinadas antes de nacer para salvarse del justo castigo eterno que merecen sus pecados.

Jesús ha dicho:

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquél que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.” Juan 3 : 16

El predicador cumple con predicar el evangelio, la parte que hace el que escucha el mensaje es creer ó no creer.

El predicador básicamente dirá:

La mala noticia es que como eres pecador y tienes que rendirle cuentas a Dios de tus actos serás castigado eternamente en el lago de fuego y azufre.

La buena noticia es que puedes tener salvación de ese eterno castigo, pero sólo por medio de creer en Jesús.

Ese evangelio es la semilla, la semilla caerá a veces en buena tierra y otras veces en mala tierra.

Lo que le toca al predicador es predicar el mensaje, el que oye el mensaje obrando de su libre voluntad que es un regalo de Dios, creerá ó no creerá, el predicador no tiene ningún poder para hacer que el oyente crea ó no crea.

El predicador no debe tratar de manipular ni controlar mentalmente (también llamado técnicamente brujería, hechicería, magia) al oyente para hacerlo que crea el mensaje, no debe utilizar ningún medio como fingir la voz, ni fingir llorar, ni tocar música para manipular al oyente.

El predicador no debe minimizar el evangelio, ni abaratarlo, no debe rogarle al oyente que le haga a Jesús el favor de aceptarlo, acaso Jesús le rogaba a la gente que lo aceptaran ? De ninguna manera.

El predicador no necesita defender a Jesús.

Parece que algunos predicadores están rogando a la gente que hagan el favor de aceptar a Jesús.

No necesitan ni es Bíblico hacer llamados a que acepten a Jesús, ni a que hagan una decisión por Jesús, conceptos que ni siquiera son Bíblicos.

No se trata de que el predicador ó ministerio se sienta orgulloso de cuantas personas rezaron una oración de aceptar a Jesús ó cuantos se decidieron por El. Esos números no son nada. Lo que ve por fuera nada es comparado con lo que pasa en el interior del oyente y lo que ve por fuera no es nada comparado con las estadísticas reales que se llevan en el cielo.

Es lamentable ver a predicadores, que han hecho un ritual no bíblico, al hacer llamados a recibir a Cristo Jesús, y a prácticamente recitar ó rezar una oración, como fórmula religiosa, como fórmula mágica, en la cual incluso le piden a los que ya son cristianos que también la repitan, para animar a los otros. Hacer que otros cristianos rezen y repitan una oración de “aceptar a Jesús” para escenificar y conmover y manipular a los demás oyentes es lamentable, eso es realmente de una secta.

El evangelio que cae en buena tierra, en buen oyente, dará fruto, el que va a creer va a creer pase lo que pase, y el que no va a creer no va a creer.

Ese creer será decisión de cada oyente de su propia libre voluntad que les otorgó Dios.

Algunos oirán el evangelio, y tal vez será minutos, ó bien horas, ó bien años después que creerán.

En cuanto a nacer de nuevo, esa es obra del Espíritu Santo de Dios, y el hombre no tiene poder para hacer a otro que nazca de nuevo, no se hace por repetir una oración, ni por hacer un llamamiento a recibir a Jesús, ni por hacer una decisión por Jesús.

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