¿Qué es el diezmo Bíblico? ¿Es un mandato para los cristianos que viven bajo el pacto de la sangre de Jesús?

¿Qué es el diezmo Bíblico?

¿Es un mandato para los cristianos que viven bajo el pacto de la sangre de Jesús?

Las Ofrendas

El Diezmo Bíblico.

El diezmo que la Biblia, señala, se encuentra en el viejo pacto entre Dios e Israel.

Consistía en:

–          10% del producto agrícola “Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es, es cosa dedicada a Jehová” Levítico 27 : 30   “Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año” Deuteronomio 14 : 22.

–          10% del ganado vacuno y ovejuno. “Y todo diezmo de vacas ó de ovejas, de todo lo que pasa debajo de la vara, el diezmo será consagrado a Jehová”. Levítico 27 : 32. Solamente vacas y ovjeas, y no otro tipo de animales.

Las leyes y ordenamientos del viejo pacto son muy específicas, eran dadas por Dios para ser observadas al pie de la letra y ningún hombre tiene la autoridad para modificarlas.

Uso de los diezmos:

–          Para los sacerdotes levitas: “Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión”. Números 18 : 21.

–          Para que lo comiera y disfrutara el dador del diezmo junto con su familia, en una celebración en el lugar que Dios indicara. “Sino que el lugar que Jehová vuestro Dios escogiere de entre todas vuestras tribus, para poner allí su nombre para su habitación, ése buscaréis y allá iréis. Y allí llevaréis vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, y la ofrenda de vuestras manos, vuestros votos, vuestras ofrendas voluntarias, y las primicias de vuestras vacas y de vuestras ovejas; y comeréis allí delante de Jehová vuestro Dios, y os alegraréis, vosotros y vuestras familias, en toda obra de vuestras manos en la cual Jehová tu Dios te hubiere bendecido” Deuteronomio 12 : 5 – 7. “Y comerás delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere para poner allí su nombre, el diezmo del grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tus manadas y de tus ganados para que aprendas a temer a Jehová tu Dios todos los días” Deuteronomio 14 : 23, en éste último pasaje incluso da instrucciones específicas de que si el camino era tan largo que no fuera posible cargar con esos diezmos de producto agrícola y ganadero, el dador del diezmo debía venderlo y entonces llevar el dinero al lugar indicado por Dios y ya en ese lugar comprar comida y bebida (vino y sidra) para entonces celebrar comiendo y bebiendo junto con su familia. Deuteronomio 14 : 24 -26.

–          Para compartir y que pudieran comer los sacerdotes levitas, las viudas, huérfanos y los extranjeros radicados en Israel. “Al fin de cada tres años sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año, y lo guardarás en tus ciudades. Y vendrá el levita, que no tiene parte ni heredad contigo, y el extranjero, el huérfano y la viuda que hubiere en tus poblaciones, y comerán y serán saciados; para que Jehová tu Dios te bendiga en toda obra que tus manos hicieren.” Deuteronomio 14: 28 – 29. “Cuando acabes de diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás también al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, y comerán en tus aldeas, y se saciarán. Y dirás delante de Jehová tu Dios: He sacado lo consagrado de mi casa, y también lo he dado al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, conforme a todo lo que me has mandado, no he transgredido tus mandamientos, ni me he olvidado de ellos” Deuteronomio 26 : 12 – 13 Este último pasaje enfatiza que el mandamiento de Dios con estos ordenamientos rituales específicos, obligaban a que el diezmo se utilizara para ser compartido en fecha específica con los menos afortunados, con los menos privilegiados, como los huérfanos, viudas, y extranjeros radicados en Israel.

–          Para que lo comiera y disfrutara el dador del diezmo junto con su familia, sus siervos y los sacerdotes levitas. “Ni comerás en tus poblaciones el diezmo de tu grano, de tu vino ó de tu aceite, ni las primicias de tus vacas, ni de tus ovejas, ni los votos que prometieres, ni las ofrendas voluntarias, ni las ofrendas elevadas de tus manos; sino que delante de Jehová tu Dios las comerás, en el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, y el levita que habita en tus poblaciones; te alegrarás delante de Jehová tu Dios de toda la obra de tus manos” Deuteronomio 12 : 17 – 18.

Este es el diezmo bíblico dado por Dios y que junto con otros cientos de leyes (613 ordenamientos) formaban parte del viejo pacto entre Dios e Israel.

Estos ordenamientos dados por Dios eran muy específicos y variados, y ningún hombre puede añadir ó modificar las leyes dadas por Dios en el viejo pacto.

El diezmo bíblico, no aplicaba para ingresos por actividades comerciales, salarios, rentas, ni a herencias, sino solamente sobre lo indicado en la ley y para ser utilizado exactamente como lo especificaba la ley, utilizado para esos fines específicos, en fecha especificada y lugar especificado por Dios. El diezmo bíblico del viejo pacto no consistía en dinero, ni cantidades fijas, se puede ver en Levítico 27 al comienzo del capítulo la mención del dinero de la época, los siclos de plata en la versión Reina Valera 1960.

Este diezmo bíblico que Dios dio a Moisés para que lo obedeciera el pueblo de Israel, era para que junto con todos los demás ordenamientos y rituales, todos en conjunto formaran parte del viejo pacto entre Dios e Israel, dados para que Israel obedeciera a Dios en todo ( no solo en algunos de estos cientos de ordenamientos) y para que Dios bendijera a Israel.

Podemos ver en los textos bíblicos del diezmo tal cual fue ordenado por Dios en el viejo pacto, que los principales propósitos eran:

Proveer un sustento a los sacerdotes levitas que no tenían heredad ni tierras para trabajarlas (Números 18 : 20, Deuteronomio 10 : 19).

Para ser disfrutados y comidos en una celebración, en la que los aprovechara el dador del diezmo y los compartiera para proveer sustento a las viudas, huérfanos y los extranjeros radicados en Israel.

Viejo Pacto entre Dios e Israel.

El diezmo junto con otros cientos de ordenamientos todos en conjunto formaban el viejo pacto entre Dios e Israel.

Este pacto era para que Israel obedeciera en todas y cada uno de los cientos de ordenamientos y Dios les diera bendición. (Deuteronomio 5 : 2 – 3, Deuteronomio 29 . 1, Deuteronomio 29 . 9).

Para que el pueblo de Israel entrara en ese pacto con Dios. Deuteronomio 29 . 12.

Si Israel obedecía ese antiguo pacto con todas sus leyes, recibiría bendición de Jehova, pero si el pueblo de Israel no obedecía en todas y cada una de las leyes y ordenamientos del viejo pacto, recibíría maldición, como señala Deuteronomio 28 (1-2, 15).

Cierto que el diezmo del viejo pacto era de Dios (Levítico 27 : 30 y 32) y debía darse de acuerdo con las especificaciones antes comentadas, y el pueblo de Israel debía darlo conforme a tales ordenamientos específicos, pero el pueblo de Israel no guardaba el viejo pacto, no guardaba todas y cada una de sus leyes, incluído el diezmo, por eso el pasaje de Malaquías 3 : 7 – 11, muestra a Dios, reclamando al pueblo de Israel no cumplir con ese ordenamiento del diezmo (Malaquías 3 : 7 – 8)  y les recuerda que por no estar cumpliendo con los ordenamientos de ese viejo pacto están bajo maldición y son malditos (Malaquías 3 : 9 y Deuteronomio 28 : 15),  pero que si cumplen con ese ordenamiento recibirán bendición (Malaquías 3 : 10), como dice Deuteronomio 28 : 1 – 2.

Nuevo Pacto en la sangre que Jesús derramó en la cruz.

Jesús establece el nuevo pacto entre Dios y el pueblo de Israel, pero pocos Israelitas, pocos judíos reconocieron a Jesús como el Mesías y por lo tanto fueron pocos quienes entraron al nuevo pacto.

Pero los gentiles (los no Israelitas, los no judíos) nunca estuvieron bajo ningún pacto con Dios.

Para los gentiles no es un nuevo pacto, es el único pacto.

Jesús al tomar la cena antes de ser crucificado, al tomar la copa dijo: “Esta es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada” Marcos 14 : 24.

Cuando Jesús derramó su sangre en la cruz y murió, el velo del templo se rasgó en dos de arriba hacia abajo, no por casualidad, sino por obra de Dios, mostrando que el viejo pacto terminaba, ya no se requería del viejo pacto con todos sus ordenamientos, ni rituales, ni sacrificios de sangre efectuados en el templo, ya no se requerían rituales con la sangre de corderos sin mancha ya no se requerían sacerdotes levitas a quienes darles el diezmo.

El cordero de Dios, que es Jesús, había sido sacrificado por nuestros pecados, Dios mismo hecho carne y sangre, él único sin pecado y con el poder de poner su vida y volverla a tomar, murió en la cruz en sustitución del pecador, trayendo un nuevo pacto entre Dios e Israel, un pacto mucho mejor y superior al viejo pacto entre Dios y su pueblo Israel y trayendo así el primer y único pacto entre Dios y los gentiles (los no judíos).

Los gentiles nunca han estado bajo el antiguo pacto entre Dios e Israel, los gentiles nunca han estado, ni están bajo los ordenamientos del diezmo ni de hacer sacrificios de corderos.

Así el nuevo pacto entre Dios e Israel, eliminó todas las leyes y rituales relacionados con el templo y los sacerdotes levitas y todos los cientos de ordenamientos y rituales contenidos en el viejo pacto.

Sin la necesidad de sacerdotes levitas, desaparece la necesidad del diezmo para mantenerlos.

Bajo el nuevo pacto, entre Dios e Israel,  el creyente en Jesús, es el templo del Espíritu Santo (1ª Corintios 6 : 19) y el creyente no judío, es hecho sacerdote pero no para sacrificios de sangre ni rituales del viejo pacto, pero para sacrificios espirituales. 1ª Pedro 2 : 5, Apocalipsis 1 : 6.

El Nuevo Pacto entre Dios e Israel elimina el viejo pacto entre Dios e Israel con todas sus leyes y ordenamientos rituales. Este es el primer y único pacto entre Dios y los no judíos.

Cuando surgen los primeros cristianos de pueblos gentiles (es decir fuera de Israel), surge el tema de si debían guardar los ordenamientos del viejo pacto entre Dios e Israel de la también llamada ley de Moisés.

Esto porque los primeros creyentes en Jesús eran judíos y cuando los no judíos empiezan a creer en Jesús, algunos judíos, decían que los no judíos además de creer en Jesús, debían observar mandamientos de la ley de Moisés como por ejemplo circuncidarse, abstenerse de comer carne de cerdo y otras.

Como este asunto era importante, se realizó una junta para tratar el tema, la junta se llevó a cabo en Jerusalén, a donde acudieron Pablo y Bernabé.

Algunos judíos creyentes en Jesús, decían que era necesaria la circuncisión y además guardar toda la ley de Moisés del viejo pacto la que incluye cientos de ordenamientos.

Pedro señaló que ahora Dios no hacía distinción entre los cristianos judíos y gentiles, recriminándoles el querer imponer la ley de Moisés, un yugo que ni sus padres ni ellos habían sido capaces de guardar.

Reunidos los apóstoles y ancianos con toda la iglesia se decide sobre el asunto y se escriben cartas comunicando la decisión , informando que:

En cuanto a aquéllos que inquietaban a los nuevos creyentes no judíos, diciéndoles que se debían circuncidar y guardar la ley de Moisés (viejo pacto entre Dios e Israel) que les había parecido bien al Espíritu Santo y a ellos no imponer ninguna carga más que:

Abstenerse de lo sacrificado a los ídolos.

Abstenerse de sangre, de ahogado y fornicación.

Es decir que analizando el asunto los apóstoles con el Espíritu Santo, ante la inquietud de aquéllos que aún querían imponer rituales del viejo pacto, solo mencionan los puntos antes mencionados.

No hay más requerimiento ni obligación de circuncisión, ni del diezmo del viejo pacto, ni de guardar el sábado para los cristianos, ni de usar el talit (manto de oración), ya sean judíos ó gentiles.

Si al Espíritu Santo le pareció bien no imponer ordenamientos del viejo pacto, más que estos puntos, de tal forma que el Espíritu Santo obró por medio de ellos para que esto fuera comunicado en cartas a los primeros cristianos y en el libro de Hechos en el Nuevo Testamento en la Biblia para nosotros los cristianos actuales, ningún hombre puede decir que al Espíritu Santo se le olvidó incluir otras cargas ó rituales, ningún pastor, ningún ministro cristiano, ningún sacerdote católico que sea inteligente y honesto puede blasfemar del Espíritu Santo, diciendo que el Espíritu Santo se equivocó y se olvidó de señalar que ahora es necesario alterar el viejo pacto entre Dios e Israel para cobrarles un diezmo en dinero a los creyentes en Jesús no judíos.

Sin embargo los pastores, los ministros religiosos ignorantes ó deshonestos, dicen que a pesar de lo que señaló el Espíritu Santo, si se debe cobrar a los miembros de su iglesia un diezmo. Un diezmo sin base bíblica.

Esto porque algunos pastores, ministros religiosos prefieren dar lástima con su ignorancia y con su deshonestidad, aparentando que saben pero porque tienen mayor interés en cobrar el diezmo.

Ningún hombre puede imponer y añadir cargas y ordenamientos del viejo pacto encima de lo que Dios por medio del Espíritu Santo dejó asentado en la Biblia en Hechos 15 : 28 -29.

De tal forma que para los cristianos que ahora están bajo su primer pacto entre Dios y los gentiles, y que es un pacto por cierto mucho mejor que el viejo pacto entre Dios e Israel, ahora un pacto en la sangre del Dios que se hizo carne y sangre en Jesús, ya sean judíos ó gentiles, no están bajo el yugo de observar las leyes y rituales, como guardar el sábado, dar el diezmo, etc. (Hebreos 8 : 6 – 7) y algunos otros ordenamientos que si los estudia con cuidado incluso le parecerán ridículos.

El viejo pacto que tenía Dios con Israel queda ya sin validez, ya no está vigente.

Existe ahora un nuevo pacto entre Dios e Israel y el primer y único pacto entre Dios y los gentiles (los no judíos)

Jesús abolió el viejo pacto entre Dios e Israel, es decir Jesús al derramar su sangre para expiación de pecados, abolió la ley de los mandamientos y sus ordenanzas de aquel viejo pacto, y entonces Jesús con su derramamiento de sangre para expiación de pecados, trajo un nuevo pacto entre Dios e Israel.

Mientras que los gentiles no tenían ningún pacto con Dios, anteriormente los gentiles tenían que entrar a pacto con Dios pero solo mediante Israel, cuando decidían adoptar el seguir los mandamientos del pacto de Israel,  es decir que para los gentiles, es decir los no-judíos no hay un nuevo pacto, pues no hay viejo pacto, es decir para los gentiles, ó digamos para los cristianos no judíos, solo hay un pacto, que es el que trajo Jesús con su derramamiento de sangre para expiación de pecados y con su muerte vicaria (en lugar del pecador) en la cruz.

«Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne.

 En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.

Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.

 Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,  aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz»  Efesios 2 :  11 – 15

El nuevo pacto que trajo Jesús, se enfoca al corazón del hombre, lo que hay en su corazón y sale del mismo, y no en las formas externas y rituales.

Jesús en su ministerio empezó a enseñar esto, mostrando como lo que hay en el corazón del hombre y sale de él es más importante y está ahora por encima de las formas y rituales del viejo pacto.

Como cuando Jesús dijo: “Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” Mateo 5 : 27 – 28.

Bajo el nuevo pacto las leyes morales de Dios que tienen que ver con amar a Dios y amar al prójimo como a uno mismo son vigentes.

Y cuando Jesús habló a los fariseos acerca del sábado, cuando ellos le recriminan que Jesús y sus discípulos estaban haciendo cosas no permitidas hacer en sábado bajo la ley de Moisés, y Jesús utilizando incluso la historia de cuando David tomó los panes de la proposición que no estaba permitido que comiera él ni sus hombres, Jesús muestra y enseña que es más importante la misericordia y lo que hay en el corazón del hombre que los sacrificios y rituales y formas externas. Mateo 12 : 1 – 8.

Así que el nuevo pacto en Jesús y su sangre resalta y enfatiza el corazón del hombre y no las formas externas ni rituales específicos del viejo pacto. Pone la base moral por encima de las formas y rituales.

Es por eso que las leyes morales de Dios que tienen que ver con el corazón del hombre son válidas, el no cometer homicidio, el no adulterar, como vimos en el pasaje anterior Jesús incluso dice que quien ve a una mujer con lujuria ya está cometiendo adulterio en su corazón. El nuevo pacto tiene que ver con lo interno del hombre con lo que hay en su corazón y puede salir de su corazón, no con los rituales y formas externas.

El diezmo del viejo pacto era un ritual que tenía que ver con disponer de sustento a los sacerdotes levitas y proveer de alimento para utilizarlo específicamente en una celebración y compartirlo con aquéllos que no tenían ingresos bajo un método y ritual muy específico y detallado en cuanto a lugares y fechas, era un ritual, una forma externa y no una ley moral. Este ritual estaba relacionado en parte con los sacerdotes levitas, quienes ya no son vigentes a partir del nuevo pacto.

Si bien el nuevo pacto puede validar el amar al prójimo como a uno mismo, pero no bajo rituales ni formas externas específicas del viejo pacto.

Por eso el apóstol Pablo nunca enseñó el diezmo, ni lo exigió nunca,  porque el diezmo era un ritual, una ley ritual , de formas externas y era parte del viejo pacto ya no aplicable bajo el nuevo pacto en la sangre de Jesús.

El apóstol Pablo ciertamente se dirigía básicamente a gentiles en sus cartas, y por eso no los mandaba a seguir los rituales judíos del viejo pacto, aún y cuando se puede ver que Pablo por lo menos llevó a cabo un ritual judío, para mantenerse idenficado con los judíos y no parecerles ajeno.

Así que Pablo entendiendo que el viejo pacto entre Dios e Israel, no aplicaba para los gentiles ahora creyentes en Jesús, no les enseñó a practicar el diezmo de ese viejo pacto ya sin vigencia, sino que Pablo guiado por el Espíritu Santo enseña a los nuevos cristianos gentiles, y les  dice en cuanto al dar “Cada uno dé como propuso en su corazón, no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre” 2ª Corintios 9 : 7.

Es decir que ahora bajo el nuevo pacto que Jesús trajo para Israel, y el único pacto para los creyentes no judíos,  el cristiano da como vea y se proponga él mismo en su corazón, ya no por necesidad ni por obligación de un ordenamiento y ley del viejo pacto que ya no es vigente, ni debe dar porque los ministros lo obligan, lo intimidan, lo manipulan, ý lo chantajean ó amenazan.

Bajo el nuevo pacto, ó el pacto (único con los gentiles creyentes en Jesús) lo que hay en el corazón del cristiano y que se refleja incluso en sus actos es lo importante. El cristiano (no judío) no está bajo las formas externas ni rituales del viejo pacto que era para el pueblo de Israel.

Por lo tanto el cristiano no judío ahora bajo su primer y único pacto en la sangre de Jesús, no tiene la obligación de guardar rituales que corresponden al viejo pacto para el pueblo de Israel, y así el cristiano (no judío) no tiene obligación de dejar de hacer ciertas actividades el sábado, bajo las especificaciones del viejo pacto y esto entendiendo que Jesús trajo un nuevo pacto para el pueblo de Israel y el primer y único pacto para los no judíos, entonces aplica para el cristiano tanto judío (mesiánico) como gentil.

Así el cristiano (no judío) no estando bajo su primer pacto con Dios, tiene libertad para comer carne de puerco y camarones (prohibidos en la ley del viejo pacto para Israel) excepto sean alimentos sacrificados a ídolos.

Así el cristiano no judío ahora puede dentro de su primer y único pacto con Dios,  vestir prendas de ropa de materiales combinados, lo cual estaba prohibido en la ley del viejo pacto para Israel.  Asi el cristiano actual puede tener libertad para usar una prenda de vestir que sea parte algodón y parte lino, mientras que el Israelita del viejo pacto tenía que usar una prenda que fuera 100% algodón ó 100% lino pero nunca una combinación ó compuesto de materiales diferentes.

El cristiano no judío, no está bajo el viejo pacto que era para Israel, ni ninguno de sus rituales y no está bajo la obligación del diezmo que especificaba el viejo pacto para Israel, ni está bajo la obligación de ningún tipo ni modelo de diezmo, el viejo pacto quedó abolido e invalidado con la sangre derramada de Jesús y quedó evidente al rasgarse el velo del templo, y el nuevo pacto no impone al cristiano ningún tipo de diezmo.

Dar diezmo bajo el viejo pacto cumplir esa ley modificada y no guardar los demás ordenamientos del viejo pacto. Escoger solo algunos ordenamientos del viejo pacto “a la carta”.

Algunos ministros religiosos enseñan a los creyentes no judíos, que si les aplican algunos pero solo algunos mandamientos de los 613 que eran solamente para el pueblo de Israel, y enseñan que aplican solamente los que les conviene a su iglesia, como por ejemplo dar el diezmo.

Y así enseñan deshonestamente que no es necesario ahora que los varones sean circuncidados, pero que si es obligatorio dar diezmo.

Pero eso ni siquiera hace sentido, porque si dentro de esa falsa enseñanza quisieran enseñar que a los creyentes no judíos ahora les aplica el viejo pacto para Israel, lo cual es absurdo, por lo menos su ridícula enseñanza debería ser que todos los ordenamientos les aplican.

Porque en todo caso el hombre no puede decidir que parte de la ley de Dios, si le aplica y cual no, el hombre no puede tomar la ley de Dios y decir ésta si me gusta y me la aplico y ésta no me gusta y la modifico, y ésta no me conviene y no la aplico.

El hombre no puede escoger un ordenamiento del viejo pacto como el diezmo y eliminar parte del mismo en cuanto al producto agrícola y ganadero, eliminar la parte que dice es para disfrute del dador, eliminar la parte que dice es para compartir con viudas, huérfanos y extranjeros inmigrados.

El hombre no puede modificar el ordenamiento de Dios del diezmo en el viejo pacto para decir que ahora aplica al 10% de ingresos monetarios. El hombre no puede añadir ni quitar nada a las leyes que Dios dió a Israel, no puede añadir que ahora es el 10% de ingresos, ni puede eliminar que es para el dador y viudas y huérfanos. Y el hombre no puede hacer esto, porque dentro de esa misma ley, mandamientos y enseñanzas y ordenamientos, se encuentra la instrucción expresa de no hacerlo, de no añadir ni quitar nada a esos ordenamientos, y así quedó escrito en la misma ordenanza y mandamiento, así quedó escrito en la torah. Una añadidura ó eliminación oral a la palabra escrita quedó prohibida dentro del propio pacto entre Dios e Israel.

Ni siquiera el pueblo de Israel en tiempos antiguos de su viejo pacto, tenían la posibilidad de modificar la ley de Dios, según quisieran.

«Ahora, pues, oh Israel, oye los estatutos y decretos que yo os enseño, para que los ejecutéis, y viváis, y entréis y poseáis la tierra que Jehová el Dios de vuestros padres os da.

 No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno.»  Deuteronomio 4 : 1 – 2

El hombre no tiene autoridad por encima de Dios para modificar la ley dada por Dios a Israel bajo el viejo pacto.

Y el hombre no puede decir que una ley del viejo pacto modificada por el hombre, aplica en el nuevo pacto mientras todas las demás leyes del viejo pacto no aplican.

Porque la ley del viejo pacto es todo el conjunto de 613 leyes para observarse todas y cada una de ellas.

El que está bajo la ley, si no las guarda todas y cada una de ellas es maldito.

“Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto se hace culpable de todos” Santiago 2 : 10

Si vas a guardar la ley ó enseñar a guardar la ley, como el diezmo ( y tiene que ser el que está en la ley de Moisés no modificándolo) pero faltas en otros puntos de la ley, te haces culpable de todos los puntos de la ley, si vas a enseñar eso das lástima por tu ignorancia ó por tu falta de honestidad.

La ley de Dios del viejo pacto es toda la ley, esos 613 ordenamientos muy específicos, todos juntos, para obedecerse todos y no para escoger como carta de restaurante cuales si quieres obedecer y cuáles no.

Si guardas la ley debes guardarla toda, ó eres transgresor de toda la ley y eres maldito.

Si das el diezmo, pero comes camarones ó carne de puerco, no guardas el sábado, (no el domingo, no puedes cambiar la ley de Dios) eres transgresor de toda la ley de Dios del viejo pacto y eres maldito.

“Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley” Santiago 2 :11

“Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida que está obligado a guardar toda la ley” Gálatas 5 : 3

Si vas a observar, si vas a enseñar  uno de los ordenamientos y rituales de la ley del viejo pacto, como el diezmo tiene que ser el bíblico no puedes modificarlo para decir que es ahora el 10% de ingreso en dinero, y entonces además te debes circuncidar por ejemplo y no puedes decir pero en lugar de circuncidarme el prepucio mejor me circuncido otra cosa, no puedes modificar la ley de Dios  y entonces deberías guardar toda la ley, todos y cada uno de los cientos de ordenamientos y rituales y si fallas a uno solo eres maldito.

“Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios” Romanos 3 : 19

“Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquél que no permanece en todas las cosas escritas en el libro de la ley para hacerlas. Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldiciones porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero” Gálatas 3 : 10 y 13.

Del diezmo del botín que dio Abraham.

El hecho aislado de cuando Abraham, dio el diezmo de todo el botín obtenido al despojar a los que robaron los bienes de Sodoma y Gomorra (Génesis 14 : 20, Hebreos 7 : 4), no se puede tomar como una ley moral establecida por Dios, y ni siquiera como un mandato para aquélla época. Abraham no dio diezmo de sus propios bienes, ni lo hizo una costumbre.

Lo que hizo Abraham, fue dar un diezmo del botín, es decir dio un diezmo de aquéllos bienes de los cuales despojó a quienes primeramente se habían robado esos bienes de Sodoma y Gomorra (Génesis 14), Abraham dio el diezmo del botín (Hebreos 7 : 4) y no de sus propios bienes.

Lo cual está muy lejos de ser un texto que se deba considerar como una base para dar diezmos actualmente de los bienes personales.

Es posible apreciar que en la historia antigua, varias culturas tenían la imposición de un impuesto de algún porcentaje para tributar al rey, como en la antigua Babilonia había un impuesto de un diez por ciento y en el antiguo Egipto un impuesto de 5 por ciento.

No existen más datos para saber si es que Melquisedec quien era rey y sacerdote de Salem, había impuesto algún porcentaje como tributo ó impuesto, y si acaso Abraham que no habitaba en Salem, ofreció voluntariamente dar el impuesto acostumbrado en Salem, no existen datos al respecto.

El hecho de que Abraham haya dado algo a Melquisedec como rey y sacerdote, no es por tanto un fundamento bíblico para obligar a un diezmo en la actualidad, pero tiene más que ver con el rey y sacerdote que habría de venir, para ser rey por siempre, Jesús el Cristo.

Los ministros que predican y enseñan el diezmo.

Algunos ministros religiosos enseñan el diezmo pero lo que enseñan y dicen que aplica es un diezmo modificado a su conveniencia,  para decir que ahora el diezmo es el 10% de los ingresos de la persona y los debe entregar en la iglesia.

Algunos ministros enseñan tal cosa  por una lamentable ignorancia legítima de lo que representa y significa el viejo pacto entre Israel y Dios y el único pacto entre Dios y los gentiles.

Esa ignorancia legítima se puede remediar  con el conocimiento de lo que significa el pacto que trajo Jesús,  para que entonces esos ministros hagan como aconseja Pablo, procuren hacer las cosas honradamente delante de Dios y los hombres y puedan enseñar el dar bajo el pacto pero enseñándolo de acuerdo a la Biblia y honesta y honradamente.

Algunos ministros desgraciadamente, enseñan el diezmo en forma deshonesta, sabiendo que el viejo pacto entre Dios e Israel nunca fue ni es aplicable a los no judíos. pero quieren imponer un diezmo modificado a las personas, tratando de manipularlas, de chantajearlas moralmente, incluso intimidarlas, pero el problema con esos ministros es aún más grave, es un problema de fondo, además de que tales ministros que enseñan un diezmo no bíblico sino diezmo modificado,  quedan en evidencia como ignorantes ante todos los demás que si conocen la verdad y la diferencia y el significado del viejo pacto entre Dios e Israel y el único pacto entre Dios y gentiles en la sangre de Jesús, lo cual es muy grave pues el ministro en principio debería saber más que sus congregantes para poder entonces enseñarles.

Como debe dar el cristiano entonces.

Como lo hemos visto, y dice el apóstol Pablo, no por obligación, ni porque tus líderes y pastores te intimiden, ni amenacen, ni chantajeen, ni porque reciten versículos del viejo pacto,  sino como te propongas en tu corazón. Como y cuando y donde te lo propongas en tu corazón, dando con alegría y gusto, agradecido a Dios, no dando porque te sientas obligado.

Si quieres tu obedecer aún así una ley modificada del viejo pacto, sería bueno analices porque lo quieres hacer, ¿Por sentirte más espiritual?,  ¿Para calmar tu conciencia por pecados que aún cometes?

Ahora bajo el nuevo pacto son muchas formas en las que el cristiano puede dar.

El cristiano estando ahora bajo el nuevo pacto en la sangre del Señor Jesús, no está obligado a dar un porcentaje fijo (ni 10% ni ningún otro) como una receta ritualista ni forma religiosa, para dar en la iglesia ó congregación. Ni debe dejarse intimidar ni manipular porque los ministros le digan que si no da el 10% de sus ingresos no recibirá bendición, ó recibirá maldición.

He escuchado de algunas Iglesias ó congregaciones, que no acostumbran recoger dinero durante sus reuniones ó servicios, sino que tienen instaladas unas urnas en alguna parte de sus instalaciones donde las personas pueden depositar sus ofrendas, a la hora de entrar ó salir, y tienen mucho éxito. El cristiano verdadero y comprometido con Dios y con Jesús, puede planear un monto para dar y depositar en la urna, y lo hace sin manipulaciones, ni intimidaciones, ni presión y lo hace gustosamente.

Quienes no son cristianos verdaderos ó son cristianos que están en pecado y no ofrendan, tiene problemas mucho más graves que no dar ofrendas y mucho del tiempo de una reunión en la iglesia se debería aprovechar para tratar ese asunto en lugar de tratar de manipularlos e intimidarlos para dar dinero.

Desgraciadamente en algunas congregaciones ó iglesias se sigue predicando la prosperidad material, y los ministros al frente prometen que si los asistentes dan dinero, les irá bien en todas las cosas. Además como se trata de hacer sentir bien a los asistentes y que sigan acudiendo para dar su dinero, se busca no ofenderlos con predicaciones sobre pecado, ni arrepentimiento, sino solamente con cosas agradables a los oídos delicados de cristianos comodines y/ó en pecado como dice 2ª Timoteo 4 : 2 – 5.

Y por eso están los unos para los otros, unos al frente para no atreverse a hablar de verdades bíblicas, de sana doctrina, que no se atreven a llamar al pecado, pecado y no se atreven a llamar al arrepentimiento, sino que adormecen espiritualmente a los asistentes con historias bonitas y con un mundo rosa y de puras bendiciones, y eso sí, les manipulan e intimidan inventando un diezmo no bíblico para que den el 10% de todos sus ingresos, y los otros sentados con oídos delicados, sin estudiar por sí mismo la Biblia para ver si es cierto lo que les dicen, y felices de estar en un lugar donde no se predica de pecados ni de arrepentimiento, ni de santificación, pero si se les promete que mientras den el 10% de sus ingresos religiosamente, tendrán “su mejor vida ahora”.

El verdadero cristiano comprometido con Dios, tiene ahora más libertad y opciones para dar para la obra de Dios, y para apoyar a quienes trabajan en ella.

La mayor satisfacción que puede tener es dar anónimamente, sin anotar su nombre en un sobre, no para recibir halagos de los demás sino para solo recibir aprobación de Dios, no para estar en los libros contables ni estadísticas de los hombres de la iglesia, sino para estar en las estadísticas de Dios y haciéndolo no a cambio de que Dios le de otras cosas, no como trueque ni intercambio.

El cristiano verdadero y comprometido con Dios, verá el sentido de apoyar primeramente a la iglesia donde acude, y apoyar para el mantenimiento y gastos relativos, ya sea en dinero, ó materiales según sus posibildades. Tal vez no tenga empleo y pueda disponer por un tiempo de ofrecer sus servicios sin cobrar, solo por un tiempo claro, pues el cristiano también tiene necesidades que se satisfacen utilizando dinero para comprar alimento, pagar alquiler, hipotecas, etc.

Antes de que el cristiano piense en dar ofrendas, debe pensar en ser obediente a Dios, y pagar sus deudas, pagar a otros el dinero que no les ha pagado, pagar sus abonos de créditos vencidos, etc. Comenzando así por ser obediente a Dios y por dar un buen testimonio.

El cristiano ordenado idealmente puede planear su presupuesto, para apartar el dinero necesario para comprar ropa, alimentos, alquiler, y para ofrendar, para evitar dar mucho dinero en un momento de emoción y luego no tener para pagar el alquiler y dar mal testimonio al casero.

El cristiano según sus posibilidades puede tal vez comprar una despensa al pastor ó ministro de su iglesia, llevarlo un día a comer y comprarle ropa, en fin hay muchas formas en que se puede apoyar con las cargas financieras tanto a los pastores ó ministros de la iglesia como en los gastos y actividades de la misma, comprar algo de los alimentos para el día de campo de la iglesia, pagar por materiales de la escuela dominical, etc.

El cristiano verdadero puede identificar a las viudas en su iglesia y buscar apoyarlas económicamente, con alimentos, etc.

El cristiano comprometido con Dios, puede si tiene los recursos financieros y le motiva esto, investigar para encontrar ministerios cristianos serios y honestos que apoyen a huérfanos, investigar si su iglesia apoya misioneros y ver la forma de apoyarlos.